Un proyecto emblemático, que conjuga el trabajo armonioso entre disciplinas, junto con Studio Saxe, Guidi Estructurales colabora en esta obra que enriquece nuestro poder expresivo, donde una vez más se muestra que la coordinación minuciosa solo desemboca en estructuras de calidad mundial.
Encanto desafiante
El proyecto al arrancar de cero nos muestra el privilegio de un terreno que puede disfrutar del abrigo protector de la montaña y a su vez parte de él se dilata en una vista grandiosamente poderosa hacia el mar. “Al mismo tiempo, la propiedad está perpendicular a la vista, lo que significa que la longitud no corre paralelo a ella”detalla el arquitecto Benjamín García Saxe. Esto significó el reto de que cada aposento lograra tener una experiencia y se decide ejecutar un diseño en una planta de distribución en diagonal.
A su vez, según explica Gino Guidi Salazar, presidente y fundador de Guidi Estructurales, que al analizar el sitio el desafío no solo estaba plasmado en planos, sino que notan una topografía algo irregular.
El área de la residencia es cercana a los 400 m2, ubicada en Santa Teresa de Puntarenas. Sus dueños querían perpetuar la sensación exterior. Lograr que el interior de la casa se fusionara como una especie de sombrilla y que no cortara la conexión entre los elementos. De esta manera el techo voladizo es la perfecta alegoría al dosel boscoso; permitiendo que el aire, la luz y la temperatura interactúen en total armonía con la privacidad de cada recinto.
El diseño de un techo anguloso es la expresión sutil del deseo de alcanzar el horizonte, logrando difuminarse como protagónico visual, sin que sus cortes geométricos compitan con la expresividad de las formas orgánicas del sitio.
Bajo la premisa del deseo de sus dueños, toda la planta arquitectónica está bendecida por ventanales, jardines y patios; que mantienen esa comunicación exterior potenciando la expansión de sensaciones, un absoluto e intencional mimetismo mental para quienes recorren cada espacio interno.
Fieles a su filosofía, Studio Saxe cree en la arquitectura que se adapta a las condiciones topográficas, geológicas, climatológicas para generar confort y propiciar sensaciones. “Se orientó de manera muy obvia los aposentos hacia la vista como prioridad apreciativa, pero al mismo tiempo también se separaron los cuartos para generar aperturas, canales o ductos; donde el aire pudiera pasar alrededor delas paredes de los cuartos, enfriándolos y que su vez resguardaran la privacidad necesaria”, explica García.
Cubierta angular y el reto constructivo
Protector del clima y elemento estético destacado, el techo debía ser polifuncional desde todos los puntos de vista posibles. Debía ser un punto de refuerzo del estilo e identidad de la residencia, además de un elemento de resguardo. Distribuye equitativamente la luz conforme esta se modifica a lo largo del día. Este elemento, sin dudas es un preámbulo visual al sortilegio del resto de la estructura.
“Se estudió fuertemente la orientación extrema de los aleros de los techos para protegerla de lluvia y el viento en momentos dramáticos de tormentas, también para ayudar a controlar la incidencia del sol, convirtiéndolo en un espacio cómodo sin tener que utilizar energía”, detalla García.
Según relata Gino Guidi, al iniciar labores su punto focal es la estructura del techo.
“Es una estructura totalmente independiente de los demás cubículos, por así decirlo es un elemento flotante sobre el universo interno, algo así como un canopy”, dice Guidi.
La perspectiva no era el único reto. Lo remoto del sitio exigió al arquitecto e ingenieros estructurales, perspicacia para lograr un ensamble sostenible y seguro hasta el sitio. Según explica el arquitecto, fue necesario utilizar estructuras metálicas prefabricadas que pudieran ser ensambladas en el sitio por personas sin el uso de maquinaria pesada, sino que esta fuera sustituida de manera liviana y sencilla, sin impactar la fauna cercana.
“Para lograr esa volumetría el reto se tradujo a la estructura metálica que lo soporta y mantiene visualmente esa independencia entre los elementos. Además, el diseño pronosticaba elementos muy esbeltos con un diálogo entre dimensiones muy armonioso. Entonces había que compaginar, lo más cercano posible, esas posibilidades estructurales a las dimensiones y lo ornamental que Studio Saxe sugería”, explica Guidi.
Para no distorsionar la continuidad visual desde cualquier perspectiva, la solución radicó entonces en utilizar columnas circulares y para darles rigidez fueron rellenadas con concreto. Para Guidi el proyecto tuvo como requerimiento de mucha analítica y comprobación para llegar a la sección más cercana, con las dimensiones esperables para la propuesta arquitectónica.
“En Studio Saxe no vemos la estructura como algo que haya que esconder si no lavemos como parte estética, parte importante de la gestión de un proyecto. En ese sentido ambas firmas hacen un equipo en donde saben y entienden que la coordinación estructural; sobre todo cuando es expuesta en el cielorraso, debe ser limpia y ordenada. Además, al mismo tiempo cumplir con estándares muy estrictos de código sísmico en una zona donde hay grandes terremotos” concluyó García.
Guidi Estructrales (Mariana Sáenz Mora)
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