Al igual que cualquier planeamiento en la vida, a lo largo del tiempo se van superando fases que requieren distintas acciones. Con la integridad estructural sucede lo mismo, las prácticas preventivas deben iniciar desde la etapa constructiva.
En nuestra firma tenemos una metodología de comunicación constante que nos permite tener cubiertas las necesidades y requerimientos de una manera más eficiente mientras se ofrecen las soluciones puntuales al cliente, lo importante es entregar un resultado que minimice los riesgos y sea funcional.
Es tan importante para todo el equipo una buena técnica de recabado y presentación de los cálculos para el diseño. La precisión debe ser rigurosa, además de estar acoplada a las posibles variaciones por comportamientos de suelos o materiales, por lo que será muy determinante un excelente manejo del esquema de rangos esperables.
Contar con información veraz que brinde buenos datos para los análisis de cargas, por ejemplo, así como las disposiciones de diseño arquitectónico; es una labor de eficiencia en la gestión de procesos entre distintas disciplinas. Como lo hemos mencionado en nuestra experiencia con otros proyectos, esto nos ha permitido ofrecerle al cliente soluciones ante desafíos que pueden ir surgiendo en las obras que se trabajan.
La calidad del proceso humano es retadora, todos los procesos deben ser bien documentados para contar con una buena capacidad de intercoordinación. Un dato omitido puede ser un resultado sorpresivo en un futuro cercano. Nos referimos aquí, por ejemplo a la relación de los estudios geotécnicos y la consolidación de los suelos, datos importantísimos antes de iniciar diseños y procesos de cimentación..
Además, hacemos énfasis en que en nuestro país y en la región, la alta actividad telúrica obliga a estrictas consideraciones en el diseño estructural, con el único objetivo de estar seguros que la edificación tendrá comportamientos favorables en sus puntos de soporte ante un eventual sismo.