Hospital Metropolitano: un reto para la ingeniería estructural
Intervenir, remodelar y reconstruir siempre llevan implícita la palabra desafío, el caso de la reestructuración del Hospital Metropolitano no está exenta de esto, pero los retos en el camino implicaron para Guidi Estructurales un camino de nuevos abordajes y mesurados cálculos.
La estructura original data de la década de los años sesenta, ubicado donde estaba el edificio de la Cruz Roja, la proyección era construir una torre médica. Era necesario que el abordaje iniciara desde las evaluaciones necesarias del estado de la estructura. Inicialmente no se podía desmantelar o intervenir pues estaba en un proceso de venta, además al ser una edificación algo antigua, no existía documentación propia de las características constructivas.
Así, contactan a nuestra firma, con la intención de una exhaustiva valoración visual de un edificio construido en tiempos donde no existía código sísmico. Era un edificio bastante vulnerable, es decir no contaba con elementos de corte, no estaba preparado para la nueva probabilidad sísmica que se ha venido acumulando durante todos estos años. Quedaba en evidencia que no iba a cumplir con las codificaciones recientes.
Un elemento que llamó poderosamente la atención a los ingenieros fue el entrepiso, grandes losas que provocaban mucho piso, comunes de la época constructiva. Era necesario en un futuro encontrar la manera de bajar esas cargas. Sería necesario reforzarlas con un muro de corte para que transmitieran correctamente las fuerzas sísmicas, que a su vez mantendría la estructura original, pero la adaptará a las necesidades de comportamiento actuales.
Compra y puesta en marcha
En este momento ya era posible indagar un poco más invasivamente en el edificio, fue el momento justo de las sorpresas estructurales. Una de ellas fue encontrar que había elementos de cerramiento que no eran mampostería clásica de concreto, sino que estaban compuestas por arcilla.
Otra de las sorpresas fue la famosa losa mencionada anteriormente, se creía que era una gran losa masiva, que se contaba como un excelente diafragma para conectarlo a los muros, la realidad era que estaba hueca. En aquel momento se sabía que los elementos no resistirían las cargas de un edificio de concreto.
Había iniciado el reto más grande, ver de qué manera se reforzaba lo que existía, a al mismo tiempo que se intentaba preservar lo más posible. Se van reforzando poco a poco todos los cimientos, bajo un esquema innovador, se debió asumir el riesgo de construir la torre de siete pisos desde arriba hacia abajo.
Se realizó una división sectorial de qué elementos se tenían que ir a hacer que iban a debilitar elementos del edificio existente, controlando esa carga para que al mismo tiempo no provocara un colapso de la edificación; e ir abriendo otro frente por otro lado completamente independiente para ir controlando. Así poco a poco, se fue resolviendo, este que fue uno de los grandes retos a lograr.
Arquitectónicamente también resultó interesante ya que era un edificio con trayectoria histórica, toda esa solución estructural, nunca impactó el tema arquitectónico; los elementos que se planificaron y se adaptaron a la fachada existente y también a los requerimientos gráficos.